Nota del editor de este Blog
Por Beniezu
Este articulo , sacado
de la revista "Iniciativa Debate" que recomiendo a
los lectores inteligentes y cuyo enlace incluyo al final , es un estudio
legalista sobre las burdas ordenes de Rajoy en torno a los hechos en
Catalunya, que echa por tierra las pretensiones de vestir de legalismos lo que
solo ha sido una más de las muchas imposiciones totalitarias de los
que dicta este Régimen. En realidad y dadas las enormes problemas y contradicciones
que este Régimen va acumulando, esta salida visceral y desquiciada ante el desafío
del independentismo catalán, sin la menor duda ha salido de lo más hondo de las
entrañas del Régimen, de lo más profundo del franquismo que anida en el seno de
este Estado neo franquista que estaba nervioso y anhelando salir rabioso por mostrar
su pestilencia totalitaria y agresiva.
El fascismo es como una dolencia agresiva que no
necesita de leyes para legalizar sus desmanes ellos son la “ley y el orden”. Y
el franquismo imperante en este Régimen se está degenerando ante una coyuntura política
adversa, ante una juventud que ya no
entiende sus valores arcaicos que no
solucionan sus graves carencias de trabajo, estudio, vivienda etc. Esos discursos arcaicos y grandilocuentes de Una
y grande España que solo son mentiras y sirven
para engañan a papanatas compulsivos cuya finalidad es solo para distraer y
ocultar sus chanchullos de corrupción para
seguir engordando gracia a la ignorancia ultra nacionalista del “arriba España”
Y por otra parte es triste ver a partidos que se llaman “socialista” y “comunista
y se juntan a los promotores de la España franquista” y demás oportunistas ,que se montan al carro de esta
locura movidos exclusivamente por intereses, para nada subliminares, tales como son el poder y el interés crematístico.
ESTE PAIS APESTA A FRANQUISMO
Las palabras que dan título a
este artículo no son mías. Son de Rafael Chirbes. Las tomo de El Periódico, en
la edición de Aragón del 4 de mayo de 2015, en el que se publicó la que
acabaría siendo la última entrevista de Rafael Chirbes, que
moriría tres meses más tarde. Sus palabras íntegras fueron las siguientes:
“Este país apesta a franquismo por todos lados”.
Quienes conozcan
la obra de Rafael Chirbes convendrán conmigo en que en este terreno sabía de
qué hablaba. Posiblemente no ha habido nadie que haya levantado acta de las
huellas del franquismo en la sociedad española de estos últimos cuarenta años
como lo ha hecho él.
Si esto es
lo que pensaba en 2015, ¿qué no pensaría en este 2017? ¿Qué no pensaría viendo
que el Gobierno de España suspende la autonomía de Cataluña y destituye al
Govern, con lo que sus miembros dejan de estar aforados, circunstancia que
aprovecha inmediatamente la Fiscalía para querellarse contra el expresidente y
todos los exconsejeros ante la Audiencia Nacional, una de cuyas juezas de
instrucción ha dictado un auto ordenando el ingreso en prisión de todos ellos?
¿Puede
haber algo más franquista que el uso que se ha hecho de la Audiencia Nacional
en esta operación? La Audiencia Nacional de estas últimas semanas no ha sido la
Audiencia Nacional de la democracia, sino el Tribunal de Orden Público del
régimen de Franco. La Audiencia Nacional ha dejado de ser el “juez ordinario
predeterminado por la ley” para convertirse en un “juez especial”, como era el
TOP, que es algo radicalmente incompatible con todo Estado de derecho digno de tal
nombre.
Las dudas
sobre el encaje de la Audiencia Nacional en la Constitución y en el Convenio
Europeo de Derechos Humanos acompañaron a este órgano desde su nacimiento. En
un Estado democráticamente constituido solamente debe haber un órgano judicial,
cuya jurisdicción se extienda a todo el territorio del Estado, que es el
Tribunal Supremo. No debería haber ningún otro. Por esta razón la Audiencia
Nacional es una anomalía democrática.

Esta cacicada de Rajoy hule , y mucho , a franquismo puro y duro
Tal
anomalía tuvo que ser justificada por la Comisión Europea en 1986 y por el
Tribunal Constitucional en 1987. Ambos la justificaron de la misma manera, la
Audiencia Nacional no es “juez natural”, pero si puede ser considerado “juez
ordinario predeterminado por la ley”, que es lo que exige el artículo 24 CE.
Aunque es cuña de otra madera, se puede salvar su presencia en la planta
judicial del Estado español.
Es el
único órgano judicial cuya adecuación a la Constitución y al Convenio Europeo
ha tenido que ser justificada. No ha ocurrido con ningún otro.
Esta
circunstancia es relevante para interpretar en cada caso concreto la condición
de “juez ordinario predeterminado por la Ley” de la Audiencia Nacional. Si hay
alguna duda, la Audiencia Nacional no puede tener la competencia. La
competencia de la Audiencia Nacional para entender de un asunto tiene que ser
siempre expresa e inequívoca. Justamente porque su propia existencia es una
anomalía democrática. Nunca puede ser portadora de una competencia “implícita”.
Tiene las que tiene y punto. No cabe interpretación expansiva de las mismas.
Todo lo contrario. Únicamente con esta interpretación la Audiencia puede ser
“juez ordinario predeterminado por la ley”.
De no ser
así, la Audiencia Nacional deja de ser “juez ordinario”, para convertirse en
”juez especial”, deja de ser la Audiencia Nacional de la Democracia para
convertirse en el Tribunal de Orden Público del Régimen de Franco.
Exactamente
esto es lo que ha ocurrido en estas últimas semanas. Dejando de lado si las
conductas de los presidentes de la Asamblea Nacional de Catalunya y de OMNIUM o
la del expresident y demás exconsejeros del Govern eran constitutivas o no del
delito de rebelión, que ya es mucho dejar, de lo que no cabe duda es de que la
Audiencia Nacional no es competente para instruir y juzgar el delito de
rebelión.
No es que
el delito de rebelión no figure expresamente entre los delitos cuyo
conocimiento está atribuido a la Audiencia Nacional, sino que no hay siquiera
proximidad entre alguno cuyo conocimiento sí tiene atribuido con el delito de
rebelión.
En ningún
caso puede ser competente la Audiencia Nacional para instruir y juzgar unas
conductas como presuntamente constitutivas del delito de rebelión. Así lo
reconoció, además, tajantemente el Pleno de los Magistrados de la Audiencia
Nacional (Auto 34/2008, de 2 de diciembre): “el delito de
rebelión nunca ha sido competencia de esta Audiencia Nacional”.
Todo esto
ha sido desconocido por el fiscal general del Estado al residenciar las
querellas en la Audiencia Nacional y por la jueza Lamela al admitirla a
trámite, iniciar la instrucción y dictar los autos de medidas cautelares contra
los Presidentes de ANC y Òmnium y contra los exconsejeros del Govern. La
Audiencia Nacional en estos casos ha dejado de ser “juez ordinario
predeterminado por la ley” y se ha convertido en un “juez especial”, en lo que
era el TOP bajo el régimen de Franco.
La
querella del fiscal general del Estado y los autos de la jueza de Instrucción
de la Audiencia Nacional apestan a franquismo . No son actos de
administración de justicia de un Estado democrático, sino de persecución
política en los que nunca deben participar ni fiscales ni jueces.
La
Audiencia Constitucional no está en contradicción con el artículo 24 CE y con
el artículo 6 del Convenio Europeo, pero la actuación de la Audiencia Nacional
en estos asuntos sí lo está. En el caso de que los autos de la jueza Lamela no
sean corregidos por la Sala que entienda de los recursos contra los mismos, los
querellados podrían acudir tanto al Tribunal Constitucional como al Tribunal
Europeo de Derechos Humanos.
Si los
autos no son anulados, el abogado belga del eñor Puigdemont va a disponer de un
argumento muy fuerte para oponerse a la aplicación de la eurorden que firme la
jueza Lamela, a fin de que las autoridades judiciales belgas pongan al
señor Puigdemont y los cuatro exconsejeros que están en Bruselas a
disposición de la justicia española.
Las querellas del fiscal general y los autos de
la jueza de instrucción de la Audiencia Nacional no son atentados contra la
Constitución Española exclusivamente sino contra el Estado de derecho en
general. Jurídicamente son una salvajada. Y así lo van a entender los
tribunales belgas. La Sala de la Audiencia Nacional no debería perderlo de vista.FUENTE : http://iniciativadebate.net/2017/11/04/este-pais-apesta-a-franquismo/
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