jueves, 4 de abril de 2019

¿Es Venezuela una dictadura?

        Nota del editor de este Blog,  BENIEZU


   Incluyo en este Blog un excelente artículo descolgado de internet sobre la realidad en Venezuela, una realidad que es distorsionada con perversión y alevosía por un canallesco y no reconocido  "Ministerio de propaganda" comandada y determinada  por la hegemónica visión imperial  sobre lo que se debe decir sobre Venezuela.  


                      ¿Es Venezuela una dictadura?


            Evidentemente no. Venezuela cuenta con una de las democracias más avanzadas de toda la región. Dispone de mecanismos de control popular del poder desconocidos en las democracias burguesas occidentales, como el referéndum revocatorio. La Fundación Carter, dedicada al análisis de procesos electorales, afirma que posee uno de los sistemas de votación más seguros del mundo.
¿Por qué llaman «régimen» a su sistema de gobierno?
Es la manera de despreciar al sistema político venezolano y justificar acciones externas para sustituirlo por otro más amigable con los intereses de Estados Unidos o Europa. ¿A nadie le extraña que el término régimen se aplique a Venezuela y, por ejemplo nunca a Colombia o a Honduras? El número de asesinatos políticos que se cometen en estos países es insoportable, como también lo son las amplias connivencias de los poderes del estado con ellos y la total libertad e impunidad con la que operan las bandas de paramilitares, terroristas y narcotraficantes. Sin embargo, al estar al servicio de EEUU, jamás serán llamados regímenes, como mucho, si llega el caso, los tildarán simplemente de democracias imperfectas.
           
          ¿Es Maduro un presidente ilegítimo?

           En absoluto, Nicolás Maduro fue elegido en unas elecciones presidenciales en las que se presentó la oposición. Sacó 6.245.862 votos, frente al segundo candidato Henri Falcón, quien obtuvo 1.927.387 apoyos.
Le acusan de que sólo participó el 46% de la población pero, en sí mismo, no es un porcentaje como para invalidar una elección popular, ni en Venezuela ni en ningún otro sitio.
Las elecciones fueron pactadas con toda la oposición en las rondas de conversaciones que se realizaron en República Dominicana con supervisión internacional pero, inexplicablemente, en el último momento, algunos partidos —conscientes de que iban a perder— decidieron desdecirse de lo ya negociado, usando vagas excusas y se dedicaron a desconocer su resultado previamente, en lo que sería el inicio de una estrategia que lleva hasta el golpe de estado virtual al que ahora juegan en cooperación con EE.UU.

         ¿Es ilegal la Asamblea Constituyente que convocó a las presidenciales?
El llamado a una Constituyente es una prerrogativa perfectamente constitucional que tiene atribuida la presidencia. Obviamente, el recurso a ella molestó a la oposición y a los países enemigos de Venezuela, que pretendían usar la nueva composición de la Asamblea Nacional para acabar con la presidencia del gobierno, algo que escapa de las funciones que tiene legalmente encomendadas.
          
            ¿Está previsto en el ordenamiento jurídico venezolano la figura de «presidente encargado» que se autoatribuye Juan Guaidó?

       No, no existe tal cosa en el texto constitucional. Es un invento golpista absolutamente ilegal. El artículo que invocan de la carta magna es el 233, que dice así:
Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional.
¿Y qué es la falta absoluta del Presidente? Según la constitución:

         Serán faltas absolutas del Presidente o Presidenta de la República: su muerte, su renuncia, o su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia; su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo de Justicia y con aprobación de la Asamblea Nacional; el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional, así como la revocación popular de su mandato.
      
           Obviamente no se dan ninguna de estar circunstancias, por lo que puede decirse que Guaidó es unidamente un usurpador. Aparte de que tomar posesión en medio de la calle, fuera de las instituciones, es mas parecido a una asonada militar que a una legitimación democrática al uso.
Pero aún hay mas soporte legal para tumbar a títere norteamericano. Todo estaba atado y bien atado en el texto constitucional:

           Si la falta absoluta del Presidente o la Presidenta de la República se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Vicepresidente Ejecutivo o la Vicepresidenta Ejecutiva.

          Que sepamos, hasta la fecha Guaidó no era el vicepresidente, entre otras cosas porque es una mujer y se llama Delcy Rodríguez. No hay soporte jurídico de ningún tipo para la autoproclamación, ni para ninguno de los reconocimientos internacionales que se han producido a posteriori.
¿Se cierran en Venezuela medios contrarios al bolivarianismo?
Esta es otra acusación absurda. Si se cerraran tantos medios como veces se ha denunciado ¿cómo hay muchísimas más estaciones de televisión privadas que públicas? Según datos de Conatel, de las 338 concesiones legales vigentes, 198 son privadas, 44 comunitarias y 96 públicas. Por si fuera poco, las cadenas públicas tienen una cobertura bastante limitada y muchísimos menos medios que las privadas, que cubren sin problemas todo el territorio nacional. Si hablamos de periódicos, la brecha es aún mayor: hay 98 diarios privados frente a 7 públicos.
Otra cosa es que desde muchos medios privados se llame sin tapujos a participar en golpes de estado, se fomente la violencia terrorista de las guarimbas, se inventen noticias falsas para echar la gente a las calles o se usen sus sedes para guardar armas de fuego. Por menos de eso se han cerrado algunos medios en España…
         
                                   ¿Hay crisis humanitaria en Venezuela?

            No cabe duda que el país caribeño atraviesa momentos difíciles, pero también es verdad que la mayoría de los problemas han sido creados desde el exterior para propiciar un levantamiento popular. Es lo que se conoce como guerra de cuarta generación, que se realiza sin enfrentamientos militares directos entre agresor y agredido, usando como fuerza de choque a quintacolumnistas, mercenarios y terroristas. Venezuela soporta más de 20 años de presión mediática, de sabotajes, de guerra económica, de bloqueo comercial, de sanciones, de golpes de estado, de intentos de desestabilización. En estas condiciones, que un país pueda seguir funcionando decentemente es poco menos que un milagro.

      Sin embargo, los tiempos de desabastecimiento ya habían pasado hace años. Los supermercados y los mercados callejeros están colmados de productos, muchos de ellos con precios rebajados al estar subvencionados. La gente más humilde tiene asegurada su alimentación a través de los CLAPS, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, que distribuyen los alimentos básicos casa por casa a millones de personas a un coste prácticamente simbólico.
En los últimos tiempos, la congelación de activos en el extranjero, la confiscación de las reservas de oro del Banco Central de Venezuela en Reino Unido y el robo en EEUU de millones de dólares de sus multinacionales estatales, ha provocado mayores problemas de abastecimiento que los que supuestamente tenían. Así que, podría decirse que la actual crisis humanitaria ha sido provocada por los mismos que la invocan para justificar una invasión-intervención humanitaria. Así de simple.
Si las preocupaciones de EEUU o la UE fuesen sinceras, deberían estar mas preocupados por las crisis humanitarias de Yemen (que ellos mismos han contribuido a generar), la de Haití, Malí, Sudán… o tantas otras mucho más graves que la venezolana.

                                          ¿Qué ha hecho Venezuela para merecer esto?
     
           No es sólo Venezuela. Cuba, Bolivia, Nicaragua… llevan sufriendo una presión similar desde el triunfo de gobiernos socialistas, populares o revolucionarios. Y esos citados son los que aún sobreviven, la ristra de golpes de estado liderados por EEUU en los últimos años que han triunfado tampoco es corta. Sólo que hoy, los militares de la Escuela de las Américas, han sido sustituidos por jueces cooptados por el imperio. Los golpes militares se han sustituidos por golpes judiciales. Todos los líderes progresistas —no ya solo los revolucionarios— con tirón electoral, enfrentan complicados calendarios legales y posibles inhabilitaciones de por vida.
No es casual, es algo que les ocurre a todos los gobiernos de izquierda que pretenden ser independientes y poner sus recursos naturales al servicio de la población. Muchos quieren hacernos creer que todos los izquierdistas son unos inútiles incapaces de gestionar un país, pero lo cierto es que EEUU no va a permitir que en «su patio trasero» mas y más países le priven de lo que ellos consideran suyo. Tampoco es retórica, el gobierno Trump vuelve a invocar sin tapujos la Doctrina Monroe que se resumía en la frase “América para los americanos”, refiriéndose sólo a los del norte, claro.


 El imperialismo empleara toda clase de brutalidades para conseguir sus propósitos a toda costa.  Dinero y mercenarios nunca le suelen faltar para sus fechorías 


             El problema de Venezuela es que posee una excepcional riqueza en hidrocarburos, oro y otros minerales que EEUU necesita para seguir manteniendo su estatus hegemónico mundial y que los gobiernos de los últimos 20 años le han hecho pagar a precios de mercado, no sólo con limosnas a los cómplices del expolio, como estaban acostumbrados a hacer en sus colonias.
A EEUU obviamente no le importa nada la situación ni humanitaria ni política de Venezuela. Lo han dicho por activa y por pasiva, quieren su petróleo. El apoyo a los traidores internos les costará un buen trozo de la tarta de hidrocarburos, que puede rondar por más de la mitad de las reservas venezolanas.

           ¿Porqué el bolivarianismo cuenta con una amplia base de seguidores a pesar de tantos años de ataques?

        El dinero del petróleo venezolano se ha invertido, básicamente en dignificar la vida de las personas mas desfavorecidas del país. A través del sistema de misiones, se ha llevado la vivienda, la sanidad, la educación, las pensiones… a zonas del país y a estratos de la población que jamás habían contado con presencia del estado. Los gobiernos bolivarianos han entregado a precios simbólicos más de dos millones y medio de viviendas a familias que vivían en condiciones difíciles. A finales de este año serán tres millones. Hoy por hoy las universidades están llenas de estudiantes de todas las clases sociales en unos porcentajes desconocidos en todo el continente. El analfabetismo ha desaparecido definitivamente. Esas enormes cantidades de dinero invertido en gasto social es el que EEUU quiere que ingrese las arcas de su país. Mientras, la oligarquía venezolana pretende jugar el papel de cómplice necesario del robo de las riquezas del estado caribeño a cambio de un pequeño corretaje. Ese es el resumen de la situación interna del país.

              ¿Han cometido errores los gobiernos socialistas venezolanos?

Claro, ningún ejecutivo está exento de ellos. Hay que reconocer que los esfuerzos por la diversificación económica no han dado los resultados esperados, que la economía sigue estando excesivamente ligada al precio del petróleo y a sus vaivenes geopolíticos. La corrupción es otro mal endémico de la región que aún no ha logrado reducirse de manera significativa.
Es muy probable que, a pesar de las recientes renacionalizaciones de algunos sectores estratégicos y dado el recurso excesivo a la estrategia de golpes patronales del empresariado, sea necesario ahondar mucho mas en el proceso revolucionario. Los líderes del país deben darse cuenta que es imposible la convivencia de una Venezuela socialista en un entorno capitalista hostil. Puede ser muy complicado, pero la coyuntura internacional, con el imperio en franca decadencia, es favorable a conformar coaliciones independientes del poder de EEUU con la suficiente fortaleza como para subsistir al margen de los dictados imperiales.
 
        ¿Por qué un gobierno como el español, «de izquierdas», está apoyando la política de Trump?

          A veces es muy complicado saber cómo se toman las decisiones en política internacional. Normalmente se tardan años en conocer qué sucedió realmente entre bambalinas o qué se dijeron por los teléfonos rojos. No obstante, es posible suponer cómo se desarrollaron los hechos. Todo indica que EEUU recibió garantías de Guaidó de que Maduro no iba a ser capaz de aguantar el envite conjunto que habían organizado conjuntamente con la OEA y el cártel de Lima. Así que Trump se ocupó de concitar el apoyo de sus socios, o vasallos, de la Unión Europea, a cambio de un trozo del botín pirata. España tiene muchos intereses comerciales en Venezuela. Es posible que Trump prometiera algunos pozos de petróleo o determinadas prebendas para nuestras multinacionales energéticas, de banca o telecomunicaciones… o la expulsión del futuro mercado venezolano si no cooperábamos con el golpe de estado.
Desde luego, a muchos sorprendió la rapidez con que los socialistas se subieron al carro de un golpe de estado organizado por un gobierno de extrema derecha como el norteamericano. Ello significa, al menos, un par de cosas. Que Pedro Sánchez jamás ha sido de izquierdas, una pura obviedad, y que ambos presidentes pensaban que Venezuela estaba derrotada de antemano. Craso error.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cualquier comentario que se salga del rigor de la educación y la compostura democrática, que se dé por borrado