Nos han sacado a relucir, atosigándonos, lo maravilloso que fue el “primer presidente de la democracia”, difícil de asimilar semejante dislate, pues no cuadra que un falangista de vocación se trasforme en demócrata y encima los suyos lo agasajen. No hay que ser catedrático de ciencias políticas para entender que en aquel numerito de la “modélica transición”, simplemente no hubo tal transición, y que solo fue un TRANSVASE de los poderes franquistas al nuevo estado Monárquico neo franquista.
Suarez fue siempre un fiel servidor de Franco, un franquista- falangista
convencido, siendo un miembro destacado de sus elites dirigentes. Perteneció al partido FET y de las JONS (la
falange) desde 1958 hasta 1977, llegando a ser Ministro Secretario General del
Movimiento. Y tras la muerte de Franco , fue nombrado Presidente del Gobierno por el Rey Borbón en 1971, y más tarde, ya
en las primeras elecciones generales, en
1977 , fue proclamado de nuevo Presidente . Suarez, fue fiel al genocida Franco
incluso hasta después de su muerte. Ordeno colocar en su tumba un epitafio fiel
reflejo de lo que ha sido la transición desde que el la comenzó. Una descomunal
y tremendista mentira, que fue resumida en la frase: “La concordia fue posible”
pretendiendo con ello perpetuar la mentira.
Y
así pues, Suarez, fiel a su
amo, para salvaguardar sus
logros y evitar la ruptura
del Estado franquista, tal y como Franco acuño y sentencio para los
suyos, dejarlo todo “Atado y Bien
Atado”. Y Suarez, sabía en conciencia que lo primordial era el legado de su
líder, Franco. Y así lo hizo, y estos “atados”, treinta y cinco años después de
aquella farsa, podemos comprobar que siguen atados. Y son; La “Unidad de
España”. La Monarquía, y El “Invicto Ejercito”. Los tres pilares del Régimen. Aunque,
felizmente ya han empezado a desatarse.
La llamada “transición” fue
diseñada para la continuidad del franquismo y para ese proyecto, Suarez tuvo el
“honor” de poner la primera piedra”. La tarea, fue ciertamente complicada,
pues para vestir de democracia al sanguinario régimen franquista requería mucho
trabajo y destreza, y además fue preciso
convencer a los aliados y a los enemigos
de que debería reinar la “concordia” aparente entre ellos.
Entre los propios, no fue tarea difícil convencer
a los altor cargos
político-militares-religiosos del Régimen, pues estaban al tanto de la farsa y
también de que en esa “transición”, sus
privilegios seguirían estando asegurados lo mismo que su seguridad, pues
estaba garantizado que con la auto amnistía
no tendrían que responder de sus
crímenes de lesa humanidad cometidos durante el franquismo y además asegurada su continuidad en los poderes del
nuevo Estado, Tal como lo hemos podido comprobar en los años siguientes al “montaje” como estos seguirían ocupando todos los altor cargos
Donde sí hubo bronca tras la muerte
de Franco, fue entre algunas de las diferentes fracciones del poder franquista
por pegar “pedazo “y también entre las
bases más “cavernarias” franquistas, donde se creyeron que de verdad se iba a
dar una “transición democrática” y se revolvieron irritados y temerosos de su
futuro, o quizás fue programado así para darle cierto aire de autenticidad al
engaño. Pero al final todos amigos y contentos, tras descubrir que todo
seguiría igual. Todo “atado y bien atado” y que Franco descansaría vigilante a
través de sus herederos.
Y ente los ajenos, la camarilla dirigente
del PCE y su rama sindical CCOO, con Santiago Carrillo a la cabeza,
incomprensiblemente para la historia, se rindieron sin resistencia con armas y
bagajes al enemigo franquista, legitimando la farsa “democracia” a cambio de un
“plato de lentejas”. Desmantelando décadas de lucha, experiencia y organización
antifascista en aquellos vergonzosos
Pactos de la Moncloa. Cuyos resultados los podemos ver hoy y ahora
con la triste realidad de un PCE y un sindicato, disminuidos de sus
funciones, castrados, e inoperantes. Marionetas de un Estado neo franquista que
maltrata y persigue a la clase
trabajadora indefensa y carente de un partido y de un auténtico sindicato de
clase, y que aplica totalitariamente las leyes del más fuerte. Negando derechos
y libertades a las clases populares y a las nacionalidades
oprimidas.
. Es significativo su póstumo mensaje franquista hasta el final, fiel a la
descomunal mentira ideológica que supuso el franquismo que hablaba de la
“paz” basada en el terror la imposición y las tumbas comunes anónimas, de una
“concordia” aparente y obligada, entre los vencedores y vencidos tras la
derrota de la II República, donde la presunta “concordia entre españoles”,
aquella “paz” era la que imponían sus
armas totalitarias que no había más remedio que acatar por supervivencia.
Se dio pues una turbia y aparente legitimidad a la continuidad del franquismo vistiéndolo
de “democracia” pero no con la explicita participación del pueblo y
la clase trabajadora, a la que le
despreciaron y ningunearon los que deberían ser sus representantes. Aquel referéndum
, muy al estilo del franquismo, fue una burda farsa manipuladora. Preguntando a
un pueblo despolitizado y aterrorizado durante cuarenta años, si quería o no,
una “Constitución” de la cual, no tenía ni idea de que se trataba. Pues, ¿ que podría contestar un analfabeto político si le preguntasen si quería
algo diferente a la dictadura, cualquier cosa, ? Pues simplemente que sí,
Para las castas neo franquistas y
oligárquicas del Régimen, y de las oligarquías de la UE y los EEUU ciertamente fue una gran victoria pues pusieron de rodillas
a los representantes de una izquierda que hasta
entonces había sido combativa y temida por estos, y también
“contrataron” a un PSOE de “cartón piedra” que nada tenía que ver con el
original y heroico partido que lucho contra Franco. Fabricaron sobre sus siglas, PSOE, una falsa izquierda
compuesta de aventureros oportunistas al servicio del Estado para dar el pego
de que estaría al lado de los trabajadores enfrentado a la derecha del PP. Todo un burdo montaje.
Pero nunca hubo concordia con la
clase trabajadora concienciada ni con los
sectores progresistas y conscientes de que solo fue una granmentira cuyas
sangrantes consecuencias todas conocemos. Ni tampoco con la historia que les
perseguirá por mucho que tergiversen su
relato. Ni tampoco con las dignas
excepciones de militantes concienciados
a lo largo de todo el territorio del Estado que nunca se rindieron ni aceptaron
la felonía.
Son muchos años de farsa cuyas consecuencias, las
de antes, las de ahora y en las próximas fechas, son evidentes y
predecibles, pues la historia no está
para nada acabada. Cuando los padres herraron
y reusaron de sus responsabilidades con la historia, esta no perdona, y
sus descendientes estarán condenados a rehacerla, tarde o temprano Y esas deudas,
ya está llegando la hora de pagarlas.
Y
aquel obligado “espíritu de concordia” franquista,
es el mismo “espíritu” de la llamada “transición” una presunta “concordia”
basada está en el engaño, la traición y el terror contra aquellos que no lo
aceptaron y la combatieron. Con aquel transvase del franquismo al neo
franquismo se pretendió meternos a golpe de mentiras, decretos y de porras el espíritu de “concuerdas conmigo
o te machaco”. Y al que se defendió revolviéndose
de tanta “cordura” además le llamaron “terrorista”. Su concepto de “concordia “no solo siempre ha
sido un descomunal fraude al concepto político mismo sino además al propio sentido
común.
Hoy, también, los que se nutren del
Régimen y sus testaferros nos hablan del “Espíritu de la transición” como algo
positivo relativo al entendimiento y a la concordia política entre diferencias.
Olvidando que detrás de ese “espíritu” está el garrote encubierto, la
imposición a la fuerza, con decretos, con ilegalizaciones, con prohibiciones
con torturas con cárceles etc. etc. Como la mayor parte de sus “valores” ideológicos,
y sus falsos discursos el Régimen, nos ha impuesto la “Concordia” por decreto. Con
el clásico “ordeno y mando” franquista, que siempre desprecio y persiguió el
sagrado derecho democrático del DERECHO A DECIDIR de los pueblos.
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